Las marcas deben incorporar la sostenibilidad como norma, o se arriesgan a no cumplir las expectativas

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por | 01/07/2020

Un informe reciente ha revelado que dos tercios de los adultos de Reino Unido desconfían de las declaraciones de las marcas sobre su propósito social, y consideran que muchas todavía no “cumplen lo que dicen”. ¿Qué pueden hacer las marcas al respecto?

Las expectativas de los consumidores en torno a la sostenibilidad son más altas que nunca, y una estrategia basada únicamente en el “marketing ecológico” ya no es suficiente. Las marcas que se aferran a la mentalidad de que la imagen está por encima de la cadena de suministro descubrirán que se están equivocando. Y una vez que se den cuenta, va a ser increíblemente difícil recuperar a los consumidores.

Ya estamos viendo cómo algunas marcas adoptan un nuevo enfoque. En las últimas semanas, Google Maps ha anunciado que, por defecto, sugerirá a los usuarios que utilicen las rutas más ecológicas. Más que un complemento brillante, la función  permite que los usuarios opten personalmente por tener una mayor conciencia climática.

Y, sobre todo, la experiencia del usuario no se verá comprometida. Según Google, para casi la mitad de las rutas los usuarios tendrán la opción de ser ecológicos con un mínimo o ningún coste de tiempo. Esto es fundamental para que el consumidor acepte la evolución hacia marcas más sostenibles.

También es posible que, en un futuro próximo, las afirmaciones de sostenibilidad que no se basen en la realidad sean rechazadas por algo más que por los consumidores. Los gobiernos también tienen la responsabilidad de garantizar que el cambio a gran escala hacia una sociedad respetuosa con el medio ambiente y neutra en carbono sea tangible y significativo.

Tras plantear la cuestión en diciembre de 2020, Francia ha introducido una de las primeras sanciones legales del mundo contra el greenwashing. En virtud de una enmienda al código de consumo del país, los culpables podrían ser objeto de cuantiosas multas relacionadas con las campañas de promoción falsas. Y es posible que, a medida que aumente la concienciación de los consumidores sobre el tema, otros países sigan su ejemplo.

Para las marcas, nunca ha sido tan importante olvidarse de la “palabrería” y centrarse en las acciones para formar parte activa del futuro.

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