

3 formas de reinventar la marca empleadora, a dos metros de distancia
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El Covid-19 ha irrumpido con tanta fuerza en el entorno laboral que nos cuesta imaginar hasta qué punto va a impactar en nuestro modelo de negocio y nuestra forma de trabajar. Ningún empleado ha sido ajeno a esta enorme ola y de algún modo nos ha igualado independientemente de la posición que ocupamos en las compañías, de las funciones, del cargo o la responsabilidad. El denominador común es que todos nos sentimos mucho más vulnerables ahora que hace unos meses.
Durante las primeras semanas son muchas las compañías cuyos líderes han tratado de paliar de algún modo el estrés y la ansiedad ante esta alerta sanitaria, trasladando la sensación de que estamos todos juntos en esto. Priorizando la salud y seguridad de sus empleados al tiempo que trataban de mantener la actividad.
Tras las fases de pánico y adaptación, entramos en una fase en las que además de preservar la salud, las compañías deben reconstruir lo que esta epidemia se está llevando por delante. Según el Banco de España, casi el 80% de empresas ha declarado una reducción de actividad por el Covid-19 y de ellas aproximadamente el 40% presenta una caída superior al 60%.
En este contexto, es fundamental apoyarnos en el ‘expertise’ de una agencia de branding para reforzar los vínculos con una plantilla erosionada tras muchas semanas de confinamiento y con miedo a lo desconocido. Hoy más que nunca, en una etapa de recuperación es fundamental aprovechar las oportunidades, escuchar a los empleados, y capitalizar la marca empleadora de manera que se convierta en la mejor compañera de viaje durante este proceso de transformación.
Durante los últimos años se han venido detectando ciertas tendencias en el entorno laboral que se verán reforzadas en esta etapa y que representan grandes oportunidades para la marca empleadora:
1. Digitalmente ágil
Microsoft Teams, Zoom, Skype, Google Meet, Messenger Room…de repente todos nos hemos familiarizado con multitud de plataformas que han crecido exponencialmente durante este periodo y que en dos meses han acelerado cambios que se habría producido durante años de manera gradual. Zoom por ejemplo, entre el 1 de marzo y el 7 de abril multiplicó su uso por casi 50 en España desde el comienzo del confinamiento.
Hoy en día estas soluciones digitales facilitan procesos más ágiles y nos permiten continuar con nuestra actividad manteniéndonos conectados con nuestros compañeros y clientes, empleando un nuevo formato. Y lo hacen aportando mayor autonomía y libertad a los empleados. De hecho, según Randstad, antes de la crisis, el 68,6% de los empleados quería teletrabajar pero su empresa no se lo permitía.
Las marcas en este entorno deberán ser cada vez más líquidas, capaces de romper los silos en este nuevo ecosistema. Con capacidad de fluir entre los distintos puntos de contacto. Y de hacerlo sin ningún tipo de fisuras porque la barrera entre lo real y lo virtual es cada vez más estrecha. Las marcas que nazcan en esta nueva era de la mano de agencias de branding, deberán mostrar estos rasgos. Y aquellas marcas más tradicionales o más rígidas deberán adaptarse a un nuevo entorno en el que la flexibilidad organizativa y laboral han llegado para quedarse
2. Compartir un propósito
Todos los empleados saben “qué” hacen en su compañía porque conocen sus funciones y responsabilidades. También saben “cómo” lo hacen ya que entienden los procesos o herramientas de trabajo. Pero pocos empleados saben “por qué” lo hacen. Trasladarles por qué existe la organización, y cuál es su propósito permite impulsar el nivel de ‘engagement’ con la empresa. De hecho, un estudio de PwC muestra que el 23% de los entrevistados reconocen que tener “un trabajo que haga la diferencia” es de los puntos más importantes en su carrera.
Sentirse parte de algo más grande, crear una cultura de marca con valores compartidos y una meta común es muy importante en un momento en el que las personas quieren tener un impacto en el mundo y trabajar en una empresa consciente de la realidad que le rodea.
Durante esta etapa las organizaciones y sus empleados están haciendo cosas extraordinarias. Es el caso de Lidl que hace pocas semanas ha abierto una línea de crédito sin intereses para sus empleados de la que se podrán beneficiar 13.000 trabajadores solo en España. O el caso de los supermercados Veritas, que en el periodo del confinamiento han facturado por encima de sus previsiones y ha revertido el 100% de sus ingresos netos adicionales entre trabajadores, proveedores, clientes y comunidad.
Esta situación pone de manifiesto una nueva oportunidad desde el punto de vista de marca empleadora y es la de escuchar a sus ‘stakeholderes’ y ‘redefinir’ el propósito de la compañía. Es importante capturar y mantener el espíritu de estos días y encapsularlo en un propósito capaz de acelerar el cambio y transformar nuestra sociedad. Y sobre todo, convertir a los empleados en agentes partícipes de esta etapa de reinvención.
3. Soft is the new strong
Durante los últimos años, el modelo de liderazgo ha cambiado mucho de la mano de las nuevas generaciones y del avance tecnológico. Hoy, el nuevo líder construye un equipo con una dirección común, promueve el compromiso, la conexión y la fidelidad y facilita que los empleados se aferren a una misma cultura de marca.
En el entorno actual, las ‘soft skills’ de los líderes y los empleados cobran mucha relevancia. La flexibilidad, el diálogo o la empatía, entre otras, se convierten en habilidades indispensables para construir un equipo fuerte y comprometido, especialmente en un contexto tan complicado. Muchas empresas como AXA o Generali, se están ocupando de brindar apoyo emocional y ayuda psicológica a aquellos empleados que lo soliciten para garantizar un mayor bienestar.
En este sentido la marca empleadora tiene también mucho recorrido para ayudar a humanizar las empresas. Las marcas conectan con emociones y por tanto se pueden convertir en el mejor vehículo para acortar distancias entre empleados que se están acostumbrando a verse en pantalla o, en el mejor de los casos, a dos metros de distancia. La comunicación, si bien es fundamental en todas las etapas de una empresa, se ha convertido en algo crucial para transmitir seguridad y cercanía en tiempos de incertidumbre y distancia social.